Tenía sus rosas acariciando los sueños
Con pétalos perfumados que el rocío al besarlas
En las noches desprendían las dulces fragancias
Donde las hadas felices reían cantaban y danzaban
Su frescura y su lozanía era el edén
Donde las mariposas nacían y vivían..
La pérgola donde ellas brotaban erguidas
Era el manto donde el sol en las tardes dormía
Un gran patio cubierto de rojas baldosas
Adornaba el aljibe donde los duendes vivían
Sobre él unas parras con racimos de uvas
La boca con ansias emborrachaba los ojos
Una sala comedor con un hogar en el medio
Ambientaba el estar dejando afuera el invierno
Vitrinas con copas vacías esperaban dormidas
Los días de brindis donde ellas otra vez vivían
También estaban los libros derramando ciencias
Novelas y poesías era el pasado unido al presente
Que tendía un puente al mundo de la imaginación
Donde los sueños y la magia surgían al leer el amor
Un fondo cubierto con plantas y pinos era el lugar
Donde en el amanecer intensos gorjeos se oían
Porque la luz despertaba los pájaros de los nidos
Que felices llenaban la estancia con sus bellos trinos
En ella quedaron grabadas las voces de mis hijos
Corriendo y jugando porque la inocencia allí reinaba
Con las fragancias de las flores que la envolvían de paz
Dejando que en sus muros se notara la ausencia del mal
Hoy la casa esta vacía ya todos se han ido de ese lugar
Pero ella esta más allá del tiempo guardando ese pasar
Porque entre sus paredes se han quedado los recuerdos
Con luces de las estrellas que iluminaban nuestro soñar
Eduardo N. Mùjica