martes, 7 de octubre de 2008

EL BAILE DE LA CUADRA ALSINA



De esa cuadra de Alsina... donde se quedo a vivir mi juventud, me llega una nostalgia con los recuerdos del ayer, un compás de un tango con un fuelle que rezonga, deja que mi alma evoque la memoria de ese baile.

Una pareja entre sombras dibujando un ocho y una cortada me hace vibrar el corazón.
De repente veo el salón iluminado y en el las chicas, que en sus mesas ríen, esperando que las saquen a bailar.


En la barra del bar, unos guapos bien trajeados haciéndose los distraídos, observan de reojo a cada una, mientras conversan tomando copas de ginebra y coñac

A ese lugar había llegado por invitación de un amigo, que poniéndome sobre aviso me dijo, solo escucha los tangos y mira como se baila en este lugar, no te olvides que acá somos extraños y no van a querer que alguna de las minas, se pongan con nosotros a bailar.

Rebalsado de valentía me abrí paso entre ellos y me fui derecho a quien mas se reía..

Mis zapatos brillaban de tanto lustre que les había dado, el filo bien marcado en la raya del pantalón, enmarcaba junto a mi saco entallado, mi pinta de galán y encarando a esa mina con mi porte de varón, al verla me di cuenta que reía porque se sabia entre todas la mas linda.

Me miro de arriba abajo y al pararse su estampa elegante y erguida, cosecho las miradas de aquellos hombres, que con bocas apretadas mordían, la impotencia de ver como ella iba conmigo hacia la pista.

Y cuando en mis brazos, se aferró con esas ganas de vivir, sus pasos juntos a los míos cobraron vida al llorar el bandoneón.


Empilchada (vestida) como la mejor, su figura bien torneada causaba exclamación y al ver como sus piernas blancas entre medio de cortes y quebradas se recostaban en mi pantalón sus sentimientos y los míos, se liberaron en los acordes de una canción.


Hoy en esta noche, las remembranzas de ese tiempo llevaron dos palabras a mi corazón, cuando en aquel baile de la cuadra Alsina, esa encantadora mina sonriente me dijo: SI bailo y tomando mi mano y yo su cintura bailamos esa noche, con las caricias de violines que derramaban, sus melodías adentro del corazón.


Donde estarás? quizás tu nostalgia se parezca a la mia y en las melodías de algún tango me veas como yo, entre las tinieblas de un tiempo que paso, viviendo de nuevo la juventud cuando con tu pinta y la mía, en la pista de la cuadra Alsina, arrancamos aplausos de emoción.


Y si se te escapa del cuerpo una lagrima como me sucede a mí, déjala es tan solo un momento, porque el recuerdo de esa vivencia quedo grabado en nuestro pasado cuando no sabíamos otra cosa que llenar de alegría el corazón.


Eduardo Nieto Mujica